jueves, 26 de marzo de 2015

TU DEMONIO

Yo sabía que iba extrañarte amor mío, pero no que el demonio con tu nombre iba a estar rezongando todo el día con que si me extrañas, con que si necesitas llamarme, que solo vas a aguantar esta semana sin hablarme.
Pretendo no escucharlo y me cansa ignorarlo todo el día.
Así, brevemente me siento a escucharlo y lo percibo todavía enojado por no haberte pedido perdón, porque así hubiera sido más fácil que te quedaras, me reclama que haya apresurado tu partida. Mis demonios lo enfrentan contestándole, todos al mismo tiempo y mi aturdimiento crece.
No encuentro sentido cuando brinca y llora al mismo tiempo, parece afligido por la posibilidad de perderte, como si en ello se le fuera la vida.
Me avisa cuándo lloras, cuándo ríes, cuando hablas mal de mí, cuando me añoras. Es un demonio de apego, que me recuerda mi ingratitud y libertad.
Pero el demonio, de vez en vez se cansa y así como tú huiste enojado de mi lado, él se va cuando río a carcajadas o alguien más me abraza.
Me maldice con que la vida me olvidará si te suelto para siempre. Le recuerdo que en mi vida las decisiones crean o disuelven, permanezco al final con mis consecuencias… él es una consecuencia que se desdibujará cuando el tiempo haya masticado tu recuerdo




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