miércoles, 15 de julio de 2020

Pesadilla

Así como me ven tan relajada, no podrían sospechar que vivo al lado de un acumulador.
Cada que junto la basura para descartarla, él saca su lamparita como investigador de CSI y busca que no se haya quedado elementos valiosos.

Rara vez va algo rescatable, pero eso me baja mucho el ánimo para tirar, descartar, regalar, cosas usadas. Eso me desanima porque la acumulación se convierte eventualmente en desorden.

Mi acumulador es mi hijo de 21 años, que siempre ha desarrollado apego a las cosas, teme perder cosas que le gustan, o simplemente perder el control de los objetos que están en el hogar. Tiene el perpetuo miedo de que lo que salga se pierda para siempre. Tiene síndrome de Asperger, y aunque es funcional, tendrá para siempre rasgos como la acumulación, la clasificación, la repetición, y ciertos temores.

Así, las cosas, el día de antier elegí al menos treinta libros para donar al reclusorio masculino, y mi acumulador comenzó a revisar cada uno de esos libros que jamás le habían interesado y me preguntó porqué no le había dicho de éste libro de Tanatología, o porqué no le había hablado de la novela de Sartré. Sacó también una pequeña hoja de una biblia con nombres y números que supuso eran los teléfonos de Marcos, Juan y los Reyes, cosa que me hizo llegar a la sonora carcajada... le expliqué que así se cita ese libro, con el nombre, capítulo y versículos en cuestión. Al final se quedó un tercio de los libros, de nuevo.

No, definitivamente no tengo mucha libertad para manejar mis cosas. De hecho, cuando lo he realizado a sus espaldas, vienen grandes dramas: reclamos con grandilocuentes escenarios de lo que hubiéramos hecho si las cosas siguieran allí y no las hubiera tirado. Así, que no prefiero ni lo uno ni lo otro.

Mi pesadilla personal es llegar a anciana y que al girar en mi cama, me aplasten todas las cosas acumuladas de años, o que me tropiece rompiéndome en pedacitos, por no haber espacio para moverme en mi andadera. ¿Mi estufa quedará a acaso sepultada por los trastes nuevos y viejos? ¿Encontraré los zapatos a simple vista? Y cuando deje de intentar descartar el exceso, ¿alguien podrá hacer en mi lugar ese movimiento? Me agota angustiarme.

Qué difíciles son las manías de otros, y más cuando esos otros construyen con nosotros los espacios comunes.
15-07-2020

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