
Copa dorada repleta de vino
en el centro del mundo
a ti se acercan las olas furiosas
para derribar el orgullo y beber el placer
cesean las manos por esos muslos blancos
como enredaderas
reptando por alcanzar tu espada
extraño tus formas
cada estación
quiero vestirte solo de besos
cesan todos los sonidos
susurro tu nombre
como jaculatoria
lo guardo debajo de la lengua
para no perderlo nunca
es el único amuleto que sostengo
después de cada batalla
lo único que queda
lo que reclama su nuevo comienzo
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