Y a veces no sé
si las armas de la batalla me sirven ahora
te abrazo con mi armadura puesta y rasguño tu pecho y tus
brazos
Perdóname
Aprendí a defenderme bajo ciertas señales
Y destruir la fuente de los ruidos
Así fuere el viento
Ahora quiero desaprender el arte de la guerra
Tomar tu mano,
entregarme con la confianza que te has ganado
Bajar la guardia,
desnudarme como soy
Soltar la espada,
el escudo y la lanza
Esta guerrera te pide perdón
te comparte las armas
En la recámara y ante ti
me descalzo
No me faltes en la cama,
no podría dormir en paz
No me faltes en mi vida,
Quédate conmigo
En tu abrazo me torno suspiro
Y el suspiro dura por siempre
1 comentario:
Me gusta tu poesía, y este, me parece tu mejor poema. Sentimiento que desgarra y expresión que cautiva.
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