Un día el amor tuvo tu nombre
y quien sabe cuántos otros
sobrenombres apellidos heterónimos
con diferente edad y formas deshiladas
pero el amor no es ninguno de ellos,
no es ninguno de los que vendrán
no es yo misma
se que alguna vez nos habitó
nos poseyó y utilizó mi cuerpo
para la experiencia
y puedo
o no puedo
ser sincera confesando
porque en el recuerdo
he dejado de estar arrepentida de lo vivido
puedo reconsiderar el odio
del abandono
de la infidelidad
me abrazo al olvido
y suelto con aire de añoranza
pues más bien parece un sueño
el encanto de la belleza del placer
se repiten en la remembranza
el recuerdo es mío
es mi posesión más preciada.
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