Te veo igual que siempre.
Sin embargo hoy es diferente
Desnudos, conversando las anécdotas del pasado, entre mis
brazos desmadejas tus historias infantiles, toco tu rostro, te beso, nos
contemplamos como se contempla al espejo, tratando de encontrar coincidencias.
En este punto de quiebre, representamos la encrucijada de
dos astros mirándose a los ojos por unos instantes: cual Sol gobernando el día,
la materia, persiguiendo el fruto, estás Tú.
Yo me integro a la naturaleza y mi fragancia es la de las
flores, mi poder es lunar, de noche mis brazos refugian la vida y en mi
oscuridad vibro con otros en sus deseos y emociones.
Hoy vivimos instantes de contemplación, extasiándonos con la
belleza diferente, sabiendo que es solamente saludo y despedida.
Libre y voluble como la Luna, no puedo ni quiero pedirle al
Sol que alumbre mi noche, pues mi tiempo y mi gobierno es de confusión y
reconciliación, la magia y el secreto, al igual que la Luna, es opaca en el
día, tu abrasiva presencia no es coherente con estos huesos y esta muerte de
color.
Tú buscas vida, persigues el triunfo. Yo espero la muerte y
los silencios como eterna concreción de todos los caminos.
Pero cada que termina la noche y comienza tu reinado diurno
nos volvemos a contemplar una vez más, y así será eternamente hasta que el día
y la noche dejen de tener diferencias.
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