Rescaté diamantes enterrados en el estiércol
y me levanté de nuevo con los tesoros que con mi esfuerzo gané.
No soy buena ni todo lo que he hecho es bueno.
Pero resurgí del abismo acuoso como lo pudo hacer Afrodita.
Brillo por lo que rescaté del fondo de mi misma,
luego entonces
no renunciaré a lo que he ganado.

Hombre, no me rescatas...
nos seducimos uno al otro,
como en el huracán chocan las temperaturas fría y caliente:
aturdiendo al unísono todas las mareas.
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